Toma tu Cruz y sígue al Señor

 

Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
...y el que no toma su cruz y sigue en pos de mí, no es digno de mí.

Isaías 43:2
Cuando pases por las aguas, yo estaré contigo; y si por los ríos, no te anegarán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama arderá en ti.
 
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.


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El Señor está buscando un pueblo que le ame de corazón, no por imposición. Es por ello que nos ha dado capacidad para tomar decisiones, sean buenas o sean malas, sabiendo que por ellas tendremos que dar cuentas un día ante su presencia.

Creer en Jesús es recibir por medio de la fé en su sangre el perdón de pecados (Romanos 3:25), podemos tener comunión con el Padre y recibir el regalo de la salvación que Dios nos ofrece, pero también conlleva a que tomemos una Cruz. Tomar la cruz significa decidirte seguir a Jesús sea donde sea que Él te envíe, negarte a tí mismo, apartarte del pecado y estar dispuesto a pasar por diferentes pruebas y tribulaciones a lo largo de toda tu vida.

¿Por qué es necesario tomar la cruz y pasar por diferentes pruebas? Porque cuando estábamos sin Cristo, nuestra carne estaba viciada haciendo "cosas de la carne" y lo que desagradaba a Dios, de manera que tenemos que pasar por un proceso de "desintoxicación" del mundo, de manera que las cosas carnales y que nos separaban antiguamente de Dios van siendo destruidas en nuestra vida, mientras lo espiritual va creciendo en nosotros y vamos siendo cada día más llenos de su Espíritu Santo.

El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad.

 

La Biblia nos insta a que dejemos y nos apartemos del pecado, debemos apartarnos confiando en que nuestra fuerza para batallar contra el pecado no es nuestra, sino que esa fuerza nos la da el Señor. De modo que el que fumaba y ha dado el paso de aceptar a Cristo en su corazón, debe tomar la decisión de romper con ese pecado que tantos años lleva atándolo, y apartarse de ello pidiéndole al Espíritu Santo que le de la fortaleza para no volver a fumar nunca más. Declarando que Dios es poderoso para libertarte de ese vicio así como de tantos otros que hay y que lo único que intentan es llevarte al infierno, haciendo que pierdas tu comunión con Dios y llevándote a la perdición.

El Dios a quien servimos es un Dios de poder, que abrió el Mar Rojo (Salmos 136:13), y ese mismo Dios no cambia ni ha cambiado, es un Dios vivo y poderoso, que hace milagros cada día y Él quiere hacer un milagro en tu vida, quiere que vivamos un Evangelio vivo como el que narra las Escrituras, un Evangelio de poder y libertad para los cautivos. Quiere que seamos luz en medio de las tinieblas y para ello debemos pasar por distintas pruebas y decisiones en nuestras vidas, siendo purificados y preparados para predicar su Palabra.

Querido lector, tomar la cruz es estar dispuesto a morir a todo aquello que quiere separarnos de Dios, a dar tu propia vida, es tomar una decisión por Cristo, quien siendo Dios, dió su vida despojándose a sí mismo (Filipenses 2:6), tomando forma de siervo y se hizo semejante a nosotros, con la misión encomendada por el Padre (Juan 3:16) de dar su vida por toda la humanidad, de manera que cargó con nuestros pecados y con la culpa que merecíamos nosotros por nuestros pecados (Isaías 53:5).

De igual forma, el cristiano debe tomar la decisión por Jesús de apartarse de toda clase de mal (2 Timoteo 2:19)
, debe estar dispuesto a llevar una vida de autoexámen cada día, llevando todo pensamiento a la obediencia al Señor (2 Corintios 10:5), llevando a los pies del Señor toda área de su vida que está en rebelión contra Dios, para que el Señor la quebrante y la haga de nuevo..
He aquí que como el barro en la mano del alfarero, así sois vosotros en mi mano..

El Señor quiere tomarnos en sus manos, y hacer de nosotros unas vasijas para que seamos llenos de su Espíritu Santo y podamos derramar sobre otras vidas y bendecirlas, aquello que el Señor nos da para compartir.
 
¿Éstás dispuesto a tomar tu cruz? ¿Eres capaz de perdonar a alguien que te ha hecho daño?...
Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
Porque si perdonáis a los hombres sus ofensas, os perdonará también a vosotros vuestro Padre celestial

¿Estás dispuesto a tomar tu cruz? ¿Confías demasiado en las riquezas?
Entonces Jesús, mirándole, le amó, y le dijo: Una cosa te falta: anda, vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme, tomando tu cruz.
Porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se extraviaron de la fe, y fueron traspasados de muchos dolores.


No significa que Dios no quiera que tengamos dinero o posesiones, lo que Dios no quiere es que tengamos amor a esas posesiones de manera que ocupen el primer lugar en nuestras vidas.
Por dinero se ha hecho y se hace a diario mucho mal en este mundo, por dinero se llegó a vender cruelmente a nuestro Salvador Jesucristo (Mateo 26:15). Muchas personas tienen puesto de tal manera su amor y confianza en las riquezas, que se han vuelto muy egoístas llegándole a importar más sus posesiones que sus relaciones con los demás, y no les importa traicionar a familiares y amigos por un poco más de dinero....

Dios quiere que nos amemos los unos a los otros (Romanos 12:10), que ayudemos al que padece necesidad (Efesios 4:28), nuestra vida debe de ser ejemplo de que somos siervos de Jesucristo, no sólo aparentar ser cristianos porque nos llamamos cristianos, sino serlo de corazón, habiendo recibido un toque del Maestro cuando le abrimos nuestro corazón y tomando nuestra cruz cada día, sin importarnos lo que venga...

...porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre.


Sino que nuestros ojos estén puestos en Jesús, sabiendo que nunca nos dejará sólos en el tiempo de la prueba, y que si le confesamos delante de los hombres, Él nos confesará delante del Padre celestial.

 

Hebreos 12:1-3
Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

Considerad a aquel que sufrió tal contradicción de pecadores contra sí mismo, para que vuestro ánimo no se canse hasta desmayar.

Mateo 10:33

Y a cualquiera que me niegue delante de los hombres, yo también le negaré delante de mi Padre que está en los cielos.

 

Os digo que todo aquel que me confesare delante de los hombres, también el Hijo del Hombre le confesará delante de los ángeles de Dios;
 
Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; mas el que persevere hasta el fin, éste será salvo.

 

Ya estamos advertidos por el Señor, ahora nos toca tomar la cruz y seguirle, Él estará siempre a nuestro lado (Mateo 28:20) ayudándonos y fortaleciéndonos aún en medio de la aflicción (Daniel 3:24-26)...


¿Quieres seguir al Señor?


¡Que el Señor te bendiga y te ayude a tomar tu cruz cada día!


 

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