El Secreto de la Oración

Mateo 6:6
Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.


2 Reyes 20:5
Así dice el Señor, el Dios de David tu padre: Yo he oído tu oración, y he visto tus lágrimas; he aquí que yo te sano;


Mateo 6:9-11
Vosotros, pues, oraréis así: Padre nuestro que estás en los cielos, santificado sea tu nombre. Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra. El pan nuestro de cada día, dánoslo hoy.


Job 8:5-6
Si tú de mañana buscares a Dios,
Y rogares al Todopoderoso;

Si fueres limpio y recto,
Ciertamente luego se despertará por ti,
Y hará próspera la morada de tu justicia.


Eclesiastés 11:6
Por la mañana siembra tu semilla, y a la tarde no dejes reposar tu mano;


1 Tesalonicenses 5:17
Orad sin cesar.


2 Crónicas 20:15-18,22
Dios os dice así: No temáis ni os amedrentéis delante de esta multitud tan grande, porque no es vuestra la guerra, sino de Dios. Mañana descenderéis contra ellos; he aquí que ellos subirán por la cuesta de Sis, y los hallaréis junto al arroyo, antes del desierto de Jeruel. No habrá para qué peleéis vosotros en este caso; paraos, estad quietos, y ved la salvación de Dios con vosotros. Oh Judá y Jerusalén, no temáis ni desmayéis; salid mañana contra ellos, porque Dios estará con vosotros. Entonces Josafat se inclinó rostro a tierra, y asimismo todo Judá y los moradores de Jerusalén se postraron delante de Dios, y adoraron a Dios.

Y cuando comenzaron a entonar cantos de alabanza, Dios puso contra los hijos de Amón, de Moab y del monte de Seir, las emboscadas de ellos mismos que venían contra Judá, y se mataron los unos a los otros.


Salmos 50:23
El que sacrifica alabanza me honrará; Y al que ordenare su camino, Le mostraré la salvación de Dios.


Salmos 22:3
Pero tú eres santo, Tú que habitas entre las alabanzas de Israel.


2 Crónicas 7:14

Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

 

Dios bendiga su Santa Palabra
-------------------------------------------------------------------------

 

Existe una grande y estrecha relación entre la Alabanza y la Oración, como podemos ver en las Sagradas Escrituras. Lo primero que el Señor nos manda es que cuando oremos, primero santifiquemos el nombre de Dios, alabemos su santo Nombre y luego pidamos lo que necesitamos todo conforme a su Voluntad soberana (Lucas 11:2) ….

Dios quiere que nos humillemos delante de su Presencia, reconociendo que si estamos en pie no es por nosotros mismos sino por la fuerza que Él nos ha dado por su gracia, desea que oremos buscando su rostro cada día… cuando oramos debemos clamar por sentir su Presencia, Dios es real y Él desea que podamos sentirlo a nuestro lado cuando clamamos a Él con un corazón contrito y humillado.

Cuando buscamos el rostro del Señor y estamos en su Presencia, es imposible no reconocer nuestra condición de pecadores y rogarle que cambie nuestras vidas, quitando todo aquello que no le glorifica y quebrando toda área que no podemos cambiar por nosotros mismos. Ahí es cuando se mueve el poder de Dios, nos oye, perdona nuestros pecados y sana nuestra tierra, ¡Aleluya!

A Dios le encanta pasar las primeras horas del día con sus Hijos, quiere que le demos el primer lugar en nuestras vidas, porque Él desea darnos y siempre nos da lo mejor. Por ello, en la Palabra podemos ver como Dios nos invita a buscarle desde la mañana (Job 8:5-6) y durante todo el día a que estemos orando sin cesar (1 Tesalonicenses 5:17-Eclesiastés 11:6), clamando por todo aquello que el Espíritu Santo nos muestra que debemos orar, es importante que le pidamos al Señor que nos permita escuchar su voz para ser siervos fieles que claman por todo aquello que Él nos muestra, y en el momento necesario.

Romanos 8:26-27
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos.

Necesitamos ser guiados en todo momento por el Espíritu Santo, el Señor lo envió para que esté con nosotros y more en nosotros, somos Templos de su Espíritu Santo, y debemos estar dispuestos a servirle en todo momento.

Juan 14:15-17. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.

Juan 16:13

Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir.

Cuando comenzamos a vivir y a orar en el Espíritu, Dios comienza a cambiar nuestras vidas y a tratar con nosotros de una manera poderosa. Nos llevará a estar en continua comunión con el Padre, clamando por todo aquello que nos va mostrando, aún cosas o personas en las que ni estábamos pensando, nos las trae a la mente para que las presentemos delante del Señor con toda oración y súplica...

Efesios 6:17-18
Y tomad el yelmo de la salvación, y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;

Sin dejar de darle las gracias en todo tiempo por habernos escuchado y atender a nuestra súplica, esperando a que obre conforme a su Voluntad.

Salmos 66:19-20
Mas ciertamente me escuchó Dios;
Atendió a la voz de mi súplica.
Bendito sea Dios,

Que no echó de sí mi oración, ni de mí su misericordia.

 

El secreto de la oración, es presentarnos delante de la Presencia de Dios:

1. Con un corazón contrito y humillado, el cual Dios no desprecia. (Salmos 51:17)

2. Reconociendo la Soberanía de Dios y alabando y bendiciendo su santo Nombre. (Éxodo 15:2)

3. Dejarnos ser guiados por Su Espíritu Santo. (Juan 16:13)

4. Obedecer y clamar por todo con toda oración y súplica. (Efesios 6:18 ) Reconociendo nuestras faltas y pidiéndole perdón por todo aquello que hemos hecho que no ha sido de su agrado ni le glorifica. (2 Timoteo 2:15)

5. Dando gracias a Dios por habernos escuchado y porque va a hacer todo conforme a Su perfecta voluntad. (Salmos 66:19)

 


Que el Señor te bendiga en este día.

 

Versión para imprimir | Mapa del sitio
© Hay una Esperanza para tu Vida. Todos los derechos reservados.