¡Huye!

Huid de la fornicación. Cualquier otro pecado que el hombre cometa, está fuera del cuerpo; mas el que fornica, contra su propio cuerpo peca.
Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.

Efesios 5:3
Pero fornicación y toda inmundicia, o avaricia, ni aun se nombre entre vosotros, como conviene a santos;
Pero a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer, y cada una tenga su propio marido.
Pero el cuerpo no es para la fornicación, sino para el Señor, y el Señor para el cuerpo.
Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado.
Dios, roca mía y castillo mío, y mi libertador; Dios mío, fortaleza mía, en él confiaré; Mi escudo, y la fuerza de mi salvación, mi alto refugio.


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Los tiempos en que vivimos actualmente estan tornándose cada vez más difíciles para todos los creyentes en Cristo, los cuales queremos consagrarnos para Dios llevando unas vidas imitándo al Señor en su conducta y santidad.


Este mundo, se encuentra manejado por el pecado y por su principe, satanás, quien fue vencido en la Cruz (Colosenses 2:15) más anda engañando al mundo entero (Apocalipsis 12:9) para que las personas no busquen a Dios, sino para que derrochen su tiempo y sus vidas "disfrutando" del pecado, haciendo hechos vergonzosos entre unos y otros (Romanos 1:27) de tal manera que el ser humano vaya corrompiéndose más y más y endureciéndose cada vez más su corazón para con Dios.

 

Es doloroso ver como el ser humano no está contento con lo que tiene, es inconformista, el que tiene un trabajo quiere otro mejor(Colosenses 3:22), la persona casada engaña a su pareja sin importarle destruir los sentimientos y la vida de su cónyuge e hijos (Proverbios 6:32), hombres que no estan contentos con su sexo y mujeres que quieren ser hombres(Marcos 10:6)(Levítico 18:22), cuando en la misma naturaleza podemos observar que la procreación es entre varón y mujer y que todo cuanto ocurre en el universo lleva un órden y unas leyes que no pueden alterarse ni violarse, y que todo aquel que no las cumpla sufrirá algún día las consecuencias (enfermedades, deformaciones, heridas emocionales, etc...)..

 

Por ejemplo, si alguien se niega a obedecer la ley de la gravedad y se empeña en tirarse de un piso, "porque se siente liberado o realizado" sufrirá fatales consecuencias, el ser humano siempre ha deseado obedecer sus impulsos y deseos sin detenerse a meditar si eso que siente es bueno o perjudicial para su vida, salud y para aquellos que les rodean, y si alguien le dice: "oye, eso no es correcto, eso no debe ser así", en seguida, por sentirse contrariada esa persona, acusa a los demás de ser religiosos, no aceptar su condición, etc...

 

Hay una gran diferencia entre alguien que odia a un tipo de persona y alguien que aconseja a una persona a que camine por un camino mejor y que le llevará a la salvación de su alma, ya que, si sigue por donde va caminando puede llegar a un precipicio y puede que termine cayendo a un vacío. 

 

Al ser humano, generalmente no le gusta que le impongan normas, pero, ¿ha pensado alguna vez qué sería de un niño pequeño si no se le explican las normas de seguridad vial y se le habla del peligro de cruzar la carretera sin que paren los vehículos? ¿Imagina qué desgracia ocurriría si ese niño se enrabieta y con rebeldía decide no obedecer "las normas" y decide cruzar "en su libertad"?

 

De este mismo modo ocurre con el ser humano, Dios nos ha dejado por medio de su Palabra, la Santa Biblia los mandamientos a seguir, una luz para alumbrar el camino de nuestras vidas (Salmos 119:105), no para imponernos unas leyes sino para que podamos ser libertados del pecado (Romanos 6:22), transformados y ser mejores personas cada día por medio de la fé en Jesús, el Mesías.(Romanos 8:2).

 

La Palabra de Dios nos motiva a que no nos dejemos llevar por las modas y corrientes de este mundo, sino que, abramos nuestro corazón a Jesucristo reconociendo y pidiéndole perdón por nuestros pecados, para no ser más hijos de ira, que andan pecando y separados de Dios sino para que seamos Hijos de Dios...

 

Efesios 2:1-3
Y él (Jesucristo) os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados,

en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia,

entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás.

 

Dios dice a su pueblo y también a la humanidad:


2 Crónicas 7:14
Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.

 

Digamos nosotros:


Salmos 79:9
Ayúdanos, oh Dios de nuestra salvación, por la gloria de tu nombre; Y líbranos, y perdona nuestros pecados por amor de tu nombre.


Si en tu caso, ya conociste a Dios pero por algún motivo te apartaste y andas enredado con el pecado, la fornicación y la impureza, Dios desea que vuelvas a sus brazos y quiere perdonarte y restaurar tu vida, pídele perdón por tu falta y por tus pecados y no tardes en reconciliarte con Él, despójate de todo peso que estás llevando en tu vida y mira a Jesús (Hebreos 12:1), si tienes problemas para dejar algún vicio clama a Jesús, Él fue tentado en todo pero no pecó (Hebreos 4:15), sólo Él tiene poder para romper tus cadenas y hacerte libre verdaderamente(Juan 8:36)...El pecado parece ofrecerte libertad, placer momentaneo, pero es como un agua envenenada que bebe el que tiene sed, que cuando llega a su interior puede acabar con la vida de la persona, mientras que Jesús te ofrece un agua viva, santa y que te dará vida(Juan 7:37)(Juan 7:38)...

 
Huyamos del pecado que no deja de bombardear las mentes a través de la televisión, la radio, la prensa o internet,etc...huyamos de todas las corrientes pecaminosas de este mundo,  y busquemos a Dios en intimidad a diario leyendo su Palabra, sólo en Cristo hallaremos aquello que andábamos buscando pero que no encontrábamos en el mundo, más en Jesús conoceremos la verdad que nos hará libres del pecado (Juan 14:6)(Juan 8:32).

Señor Jesucristo, reconozco que soy pecador y me arrepiento de todo corazón. Creo que has muerto por mí y que con tu sangre derramada en la Cruz, me limpias de todos mis pecados. Creo que has resucitado para darme la vida eterna, Señor sálvame, te abro mi corazón y te recibo para siempre. Ayúdame a vencer toda tentación a apartarme del pecado y a guardarme en santidad para tí, Dios. Te lo pido en tu nombre Señor, Amén. 
 

Apártese de iniquidad todo aquel que invoca el nombre de Cristo.

 

 

Dios te bendiga querido/a lector/a.

 


 

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