Dad a Dios la gloria debida a su nombre; adorad a Dios en la hermosura de la santidad. Salmo 29:2
Una vida victoriosa necesita ser una vida de alabanza. La alabanza es la gratitud por la certeza de la existencia del sol, aunque sea de noche, o aunque la tormenta parezca dominar
las circunstancias.
En el versículo de hoy encontramos dos imperativos: Dar y adorar. Ambas palabras se complementan, una lleva a la otra. Dar gloria es reconocer a
Dios como Dios, y adorar es someterse a su voluntad. Es la disposición de obedecer "la voz del Señor", y cuando tú estas dispuesto a obedecer a Dios, no tienes porque temer delante de las tormentas
de la vida. Jesús es tu piloto y llevará tu barco a puerto seguro.
¿Cuáles son los desafíos que tienes hoy ante ti? ¿Te sientes pequeño ante las circunstancias? Reconoce a Jesús como el Señor de tu vida, acepta ser guiado por El, esto significa
obedecer su Palabra, y verás, más pronto de lo que piensas, el sol brillando otra vez.
Dios te bendiga!!! Feliz día!