En las Escrituras, vemos a través de distintos versículos, tanto en el Antíguo como en el Nuevo Testamento, que Dios nos habla de la Paz como "algo que Él quiere ofrecernos", y que no se compara con
la que el mundo ofrece.
Dios guarda a aquellas personas cuyo pensamiento está perseverando en Dios, meditando en su Palabra a cada momento, hecho que va seguido de depositar una confianza plena en el Señor. Esa Paz que Dios
nos ofrece no la encontraremos en ningún otro lugar, esa misma paz nos dará la convicción de que Dios está a nuestro lado(Juan 14:27), a pesar de las circunstancias que estemos atravesando en
nuestras vidas, y esa Paz de Dios la experimentaremos más a medida que vayamos pasando más tiempo en su Presencia.
La Presencia de Dios trae gozo (Salmos 16:11), paz, liberación y quebrantamiento,
mientras somos quebrantados en su Presencia, el Espíritu Santo va trabajando en un área específica de nuestras vidas, quebrándola y haciéndola de nuevo. Es bueno que pongamos en manos del Señor todas
aquellas áreas que sabemos que no están rendidas ni glorifican al Señor Jesucristo, es decir, todas aquellas áreas que no podemos controlar y que de algún modo, hace que metamos la pata en ciertos
momentos (mal carácter, impaciencia...), y nos damos cuenta de ello cuando sentimos turbación y cómo la Paz de Dios se retira de nuestras vidas.
Isaías 43:1
No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Dios no quiere que tengamos temor, fuimos comprados por la Sangre de Jesucristo, si Dios dio su propio Hijo por nosotros, cuando éramos aún pecadores, ¿crees que va a permitirte que seas controlado
por el miedo o el temor? De ninguna manera, Dios quiere que seamos Hijos esforzados y valientes (Josué
1:9), revestidos con la Armadura de Dios (Efesios 6) y prestos para presentar testimonio del
Evangelio de nuestro Señor (2 Timoteo 1:8) en el momento que sea
necesario(2 Timoteo 4:1-2), somos los encargados de transmitir
la Paz de Dios, nos ha llamado a ser Pacificadores....
Mateo 5:9
Y al entrar en la casa, saludadla.
Y si la casa fuere digna, vuestra paz vendrá sobre ella; mas si no fuere digna, vuestra paz se volverá a vosotros. Y si alguno no os recibiere, ni oyere vuestras palabras, salid de aquella casa o ciudad, y sacudid el polvo de vuestros pies.
Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas.
Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad
Cada día que pasa, debemos luchar con la ayuda de Dios y con todas nuestras fuerzas, para parecernos cada vez más al Maestro, Jesús nos dejó su Palabra para que aprendamos de Él mientras estuvo
aquí en la Tierra, y sobretodo debemos pasar todo el mayor tiempo posible orando en la Presencia de Dios, ahí encontraremos la paz, el gozo y la seguridad que llevaban buscando nuestras almas
durante años.
Debemos alimentar nuestras almas a diario con la lectura de la Palabra (para no morir espiritualmente), y a su vez, ir regando con la oración para que Dios derrame de su
entendimiento sobre nuestras vidas, no se debe llevar una vida sólo de estudio o memorizando la Palabra, ni se debe simplemente orar y descuidar la lectura de la Santa Biblia, tanto
lo uno como lo otro se complementan para el correcto desarrollo y la madurez del Cristiano. Si comes pan solo, puede darte anemia, si sólo bebes, estarías mal alimentado, lo uno y lo
otro son un complemento indispensable, y van de la mano, la lectura de la Biblia y la oración al Señor para que nos ayude a comprender las Escrituras de igual manera que la Semilla
necesita del Agua para que germine, crezca y de Fruto.
Que el Señor te bendiga en este día, y te dé de su Paz, en el nombre de Jesucristo. Amén.