Querido/a Mamá/Papá:
¿Recuerdas cuando viste a tu recién nacido por primera vez? ¿Recuerdas su primera sonrisa? ¿Recuerdas su primer pañal sucio? ¿Recuerdas cuando comenzó a caminar? ¿Y la primera vez que te llamó,
Mamá/Papá?
¡Qué recuerdos tan hermosos, y que rápido han pasado! ¿Recuerdas qué pensaste la primera vez que viste la carita de tu hijo/a? Seguro le hicistes muchas promesas... voy a cuidar de ti, siempre estaré
contigo, siempre voy a escucharte y a defenderte, nadie te hará daño.... promesas que algunas has cumplido, pero que, con el tiempo, pierden fuerza, no porque tú lo hallas buscado, sino porque el
estrés del día a día, el afán, el trabajo, los quehaceres cotidianos, las responsabilidades, poco a poco van tomando de tu tiempo, y cuando te vienes a dar cuenta, el único tiempo que pasas con tu
Familia es mínimo en comparación con el que a tí te gustaría dedicarle...
Veamos qué dice Dios en su Palabra referente al afán y a la preocupación por el día de mañana (de una manera obsesiva. Es normal y correcto que una persona sea planificada, eso es bueno, lo que vamos
a enfocar es hasta qué punto es correcto y hasta qué punto se convierte en obsesivo y dañino para tu vida familiar...)
Evangelio de Mateo 6:25-34
Por tanto os digo: No os afanéis por vuestra vida, qué habéis de comer o qué habéis de beber; ni por vuestro cuerpo, qué habéis de vestir. ¿No es la vida más que el alimento, y el cuerpo más que el vestido?
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?
Y por el vestido, ¿por qué os afanáis? Considerad los lirios del campo, cómo crecen: no trabajan ni hilan;
pero os digo, que ni aun Salomón con toda su gloria se vistió así como uno de ellos.
Y si la hierba del campo que hoy es, y mañana se echa en el horno, Dios la viste así, ¿no hará mucho más a vosotros, hombres de poca fe?
No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?
Porque los gentiles buscan todas estas cosas; pero vuestro Padre celestial sabe que tenéis necesidad de todas estas cosas.
Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.
Así que, no os afanéis por el día de mañana, porque el día de mañana traerá su afán...
Como vemos en las Escrituras, Dios no sólo nos da ejemplo de cómo Él cuida de la Naturaleza, sino que nos dice cuánto más se preocupa por nosotros. Nos deja una clave muy importante para que tomemos
nota, y es que busquemos primaremente a Dios y a su Reino. Lo que nos quiere decir aquí, es que Dios debe ser el centro de nuestras vidas, el Primero a quien tomamos en cuenta a la hora comenzar
nuestro día.
Así como hay variedades de razas y personalidades, así hay casos diferentes de personas, los cuales tienen un trabajo que les ocupa más tiempo, otras menos, pero lo importante de todo, no es el
tiempo que le dedicas al trabajo, que lo haces para sustentar a tu Familia, ¿sinó qué haces con el tiempo antes y después de tu trabajo? ¿Tomas tiempo para darle gracias al Señor por el nuevo día
junto con tu Esposa/Esposo e Hijos? ¿Le preparas el desayuno a tus hijos? ¿Hablas con ellos durante el desayuno? ¿Te preocupas cada día de cómo les ha ido en el Colegio? ¿Te preocupa como le fué a tu
Esposa en su trabajo? ¿Ves a tu Pareja muy estresada?¿Tomas tiempo para calmarla y decirle que confíe en tí y oráis por los problemas comunes?
El Matrimonio y la Familia, es un "Ministerio" dado por Dios, los Hijos y la Familia son "prestados" por Dios, para que los amemos, cuidemos, criemos y eduquemos en respeto y amor al Señor y a
nuestro prójimo.
Así también con el Matrimonio, nuestra pareja es un "regalo" que Dios ha puesto en nuestra vida, una persona a quien le debemos dar Amor sin buscar nuestro propio beneficio, sino el beneficio de
nuestro cónyuge, debemos hacerle sentir amado/a en todo tiempo, pase lo que pase... (ampliar leyendo 1 Corintios 13:4-8)...
Te invito a que te tomes un tiempo para meditar, para analizar si estás amando, cuidando y dedicando tiempo a tu Familia de la manera que te comprometiste el día de tu Boda y Nacimiento de tus Hijos,
no te sientas frustado si tu trabajo te ha ocupado mucho tiempo, ¡nunca es tarde para cambiar!, si aún no recibiste al Señor en tu corazón, empieza dando ese paso con Fé, y luego pídele al Señor que
te ayude a restaurar los lazos de amor dentro de tu Familia, verás como es posible un cambio.
Ese cambio comienza cuando te pones de rodillas y le abres tu corazón al Señor, reconociendo tus faltas y dejándole a Él que sea el centro de tu vida y de tu hogar, y que cambie todo aquello que os
hace daño... Dios guardará tu Matrimonio y tus Hijos. Recuerda que si necesitas oración o ayuda puedes escribirnos, con gusto te ayudaremos.
¡Que el Señor te bendiga querida/o Amiga/o!