Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.
En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea manifestado Jesucristo
Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de
justicia a los que en ella han sido ejercitados.
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Diariamente escuchamos por todos lados la palabra crisis, un bombardeo constante, a través de la radio, las noticias e incluso en las conversaciones con las personas que nos rodean. Es dificil
mantener una actitud de ánimo en estos momentos, en los cuales el mundo está siendo "zarandeado" por esta crisis. En un entorno en donde las malas noticias cada vez intentan ocupar más
espacios en todo lo que nos rodea, debemos luchar contra el desánimo, la desesperanza y no sólo eso, sino también evitar por todos los medios que nuestra fé se vea afectada.
Pero, ¿por qué aun los cristianos tenemos que pasar por estas pruebas? ¿Por qué perdemos el trabajo, cuando Dios es el dueño de todo? Son preguntas que pueden venir a nuestra mente, pero, como
leemos en los versículos bíblicos del encabezamiento, el Señor nos está advirtiendo que nuestra fé será sometida a prueba, pero ¿con qué propósito? Para que, sea hallada
en alabanza, gloria y honra, aún cuando estemos pasando por los momentos más difíciles de nuestras vidas.
Dios nos llamó, nos limpió de nuestros pecados (los que hemos aceptado a Cristo como nuestro Señor y Salvador, véase apartado "Atrévete a conocer a Dios"), pero no podemos ni debemos olvidar de dónde
nos sacó el Señor, de toda la inmundicia que traíamos en nuestras vidas, malas costumbres, carácter violento, mal vocabulario, etc... y para ayudarnos a cambiar, necesitamos ser sometidos a
pruebas... veamos el ejemplo del oro, éste en su estado natural trae consigo numerosas impurezas, tanto asi que es necesario someterlo a elevadas temperaturas para que sea moldeable y se
desprenda de todas sus impurezas. De este mismo modo Dios hace con nosotros, cuando estamos siendo probados y estamos en el "horno de la aflicción o de la prueba" no debemos tener actitud de
queja o derrota, sino que, nuestra fé debe tener una actitud de reverencia a Dios, glorificando, alabando y honrando su Santo nombre.
En resúmen, para aquellos que todavía no conocen a Dios, la crisis es una oportunidad para reflexionar de los "malos hábitos" tenidos durante toda la vida, es una oportunidad para un cambio y
sobretodo, si aún no lo hemos hecho, debemos buscar a Dios y entregarle nuestro corazón, aún no es demasiado tarde...
Para los Hijos de Dios la crisis es una oportunidad más para confiar en el Señor, quien tiene control de tu vida y que tu prueba pasará tan pronto como comiences a ponerte de rodillas y a darle
gracias a Dios por tenerte por digno de ser probado y purificado a través de esta prueba.
¡Que el Señor te bendiga!