Una vez estaba caminando y me quejaba porque me dolian los pies porque no tenía zapatos, pero al mirar para atrás vi que había alguien que estaba peor que yo, porque no tenia pies.
No te compares con aquellos que supuestamente están mejor que tú, compárate siempre con aquellos que están peor, para que tengas un corazón humilde y agradecido por lo que Dios te da, que aunque
aveces parezca poco, es con lo que a Dios le ha placido hacerte feliz.
Sin embargo, si te comparases con los que tienen más, dejarías que en tu interior se crease un sentimiento de ingratitud y descontento para con Dios, porque pondrías tu amor en lo material y
serías una persona vacía, ya que lo material no da la felicidad, la verdadera felicidad sólo la da Cristo.
Recuerda que, no es más feliz el que más tiene, sino aquel que con lo poco que tiene, disfruta de la vida, y se siente alegre teniendo siempre un corazón agradecido para con Dios.
¡Dios te bendiga!