Érase una vez un hombre llamado Jonás, a quién Dios le había encomendado una misión...y había un pueblecito llamado Nínive, cuyos habitantes hacían cosas que a Dios no le agradaban.
Entonces, Dios movido por su misericordia, le dijo a Jonás que fuese a Nínive a decirles que si se arrepienten de sus malas acciones, Dios les perdonaría... Entonces, Jonás, se levantó, y en vez de
dirijirse a lo que Dios le envió, huyó de su presencia y subió a un barco con rumbo a Tarsis.
Una vez en el barco, Jonás estaba durmiendo, cuando de pronto una gran tormenta se levantó y todos los tripulantes le preguntaban a Jonás si él sabía por qué se levantó esa tormenta.... una
vez Jonás les contó que desobedeció a Dios y que seguro era por culpa suya, lo echaron al mar ya que temían que se hundiese el barco debido a la peligrosa tormenta... en esos momentos la tormenta se
detuvo por completo, entonces ellos clamaron a Dios con fé.
Una vez en el mar, Dios hizo que un pez se tragara a Jonás para enseñarle una lección....
Jonás, desde el vientre del pez, reconoció su desobediencia a Dios, y pidiéndole perdón, le dijo que iría a Nínive... Dios mandó al pez que echara a Jonás sano y salvo de vuelta a tierra.
Una vez Jonás fué a Nínive llevando el mensaje de parte de Dios, los habitantes creyeron y se arrepintieron a Dios y fueron un pueblo feliz por siempre.
Y... ¿Qué de tí? - ¿Alguna vez desobedeciste algún mandamiento de Dios? ¿Has desobedecido a tus papás en algo? Nunca es tarde para reconocer y
arrepentirse de los errores. Reconoce tus faltas y pide perdón, ya sea a Dios, a tus Papás o a otras personas.
Tesoro: Un corazón humilde y arrepentido es el que le agrada al Señor.
¡ Dios te bendiga amiguit@ !