"¡Socorro! ¡Sálvenme!" - gritó Miguel....Había atado la balsa a un robusto álamo, pero la cuerda se rompió y la balsa se despegó de la orilla del río para precipitarse corriente abajo hacia un lugar
donde el río se hundía quince metros. Pensando en que alguien podría verlo, Miguel movió los brazos frenéticamente con todas sus fuerzas.
¡ Y alguien lo vió ! El Papá de Miguel iba a casa por la carretera paralela al río. Observó la balsa dando vueltas y se dio cuenta de que había alguien en ella. Rápidamente paró el auto, se quitó los
zapatos y se lanzó al agua. ¡Cómo se sorprendió al ver a su propio hijo sobre ella! Sabía que nunca sería capaz de detener la pesada balsa, por lo que gritó: "Miguel... ¡salta!¡salta! ¡Yo te
salvaré!"
Miguel miró la firme balsa y luego a su Papá en el agua arremolinada. No estaba seguro de querer dejar la balsa, pero sabía que, si no lo hacía, ¡eso significaría la muerte segura! Cuando saltó al
agua agitada, su Papá lo agarró por un brazo. Lentamente, pero con brazadas fuertes y seguras, su Papá arrastró a Miguel a salvo a la orilla.
Más tarde, su Papá le comentó: "Sabes, hoy me enseñaste algo." Tuviste que abandonar tu confianza en la balsa y fiarte sólo de mí para que te salvara. Mi jefe me ha estado diciendo que tengo que
dejar de fiarme de mis buenas obras y confiar en Jesucristo para ser salvo. Debemos estar dispuestos a "saltar" por pura Fé y aceptar al Señor para que nos salve de nuestros pecados".
Porque la paga del pecado es muerte, mas la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro. Romanos 6:23
Y, ¿Qué de ti?: ¿Has puesto tu fé en Jesucristo? Dios dice que eres un pecador y que el pecado conlleva la muerte eterna. Pero Jesucristo sufrió por tí ¡Acéptalo
hoy como tu Salvador personal antes que sea demasiado tarde!
Tesoro: Deja que Jesucristo te salve.
¡ Que el Señor te bendiga amiguit@ !